MARIANO MAYER. SOBRE “FLUXUS ESCRITO. ACTOS TEXTUALES ANTES Y DESPUÉS DE FLUXUS”

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Hacia principios de la década de 1960 el arte deja de ser un objeto para convertirse en una actividad. Muchas de las piezas artísticas producidas durante este período proponían conducir las capacidades humanas hacia la construcción de técnicas de sociabilidad. En la belleza de las imágenes que el mundo moderno ofrecía, una serie de artistas encontraron el camino hacia la ampliación de las categorías estéticas. Desde que George Maciunas utilizó en 1962 la palabra Fluxus para una “revista internacional de arte y anti-arte, música y anti-música, poesía y anti-poesía”, Fluxus designa un ejercicio de iconoclasia contra el conjunto de convenciones artísticas. A diferencia de muchas agrupaciones Fluxus empieza antes de tener un nombre y lo hace sin un listado cerrado de participantes. Esta zona de encuentro a escala mundial de artistas experimentales es un fenómeno poroso cuyo objetivo es reconquistar el poder metafórico de los eventos cotidianos. Por ese motivo todos sus actos conducen al mundo. Para Fluxus el movimiento de las personas en un supermercado puede ser entendido como una composición sonora, la descripción del equilibrio de la germinación de una cebolla sobre una botella es presentada como una pieza de danza o el acto de cepillarse los dientes cada mañana frente al espejo puede ayudar a formular una pregunta sobre el poder transformador del arte. Fluxus llama la atención sobre aquello que no tiene una motivación artística y que sin embargo se redescubre como una manifestación insospechada de arte.

Fluxus encuentra en el cruce entre disciplinas un hacer efímero, lúdico y nada solemne. Por ello en un momento como el actual, donde la interdisciplinariedad ha devenido estructura, resulta fundamental revisar el carácter “intermedial” de Fluxus, cuya ruptura con la historia del arte occidental alcanza nuestros días. Su interés por crear obras “entre” medios recala en la alternancia de disciplinas y saberes que constituyen las prácticas artísticas contemporáneas. El libro Fluxus Escrito. Actos textuales antes y después de Fluxus (Caja Negra, 2019) ofrece elementos para revisar uno de los momentos determinantes de la producción artística de la segunda mitad del siglo XX y para comprender cómo actuar colectivamente en el presente.

INSCRIPCIÓN: para participar en la sesión de lectura, escribir a bulegoa@bulegoa.org
PARTICIPACIÓN: presencial y online
NÚMERO:
máximo de 15 personas (participación presencial)

Mariano Mayer (Buenos Aires, Argentina, 1971) es poeta y curador independiente. Desde el 2002 vive en Madrid. Entre sus últimos proyectos como curador figuran Distancias elásticas: Antonio Menchen y Cecilia Szalkowicz, Centro Párraga (Murcia, 2019); En el ejercicio de las cosas, junto a Sonia Becce (Plataforma Argentina ARCOmadrid 2017); La música es mi casa: Gastón Pérsico (MALBA, Buenos Aires, 2017); Isla de Ediciones (arteBA, Buenos Aires, 2017/2016); Soy un libro que no he escrito ni he leído Capítulo II (The Goma, Madrid, 2015); Soy un libro que no he escrito ni he leído Capítulo I, (Mite, Buenos Aires 2014); Fisicismos, junto a Manuela Moscoso (Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires, 2013); June Crespo: Reverso (Have a Window, Torino, 2013); Visible, Móvil, Vidente (Centro Párraga, Murcia, 2012–2013); XXIII Circuitos de Artes Plásticas (Sala de Arte Joven Comunidad de Madrid, 2012) o Plano, peso, punto y medida (Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires, 2011). Ha publicado, entre otros, los libros Fluxus Escrito (Caja Negra, Buenos Aires, 2019); Justus (Diputación de León e Instituto Leonés de Cultura, 2009) o Fanta (Corregidor, Buenos Aires, 2002). Durante 2016 fue Profesor Curador del Programa de Artistas Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires y dirigió el programa discursivo en torno al arte argentino: “Una novela que comienza” (CA2M, Móstoles, 2017). En la actualidad prepara las exposiciones monográficas: Azucena Vieites (Sala Alcalá 31, Madrid) y Diego Bianchi (CA2M, Móstoles).