Cine_ilegal
101 SESIÓN DE CINE_ILEGAL
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Tres proyecciones propuestas por Bob Curwen seguidas de coloquio.
Lunes, 21 de noviembre, 19:00
Asesinos Cibernéticos (Screamers, Christian Duguay, 1998). Basada en el relato corto de Philip Dick Second Variety, 1953).
Martes, 22 de noviembre, 19:00
El almuerzo desnudo (David Cronenberg, 1991). Basada en la novela de William Burroughs de 1959.
Miércoles, 23 de noviembre, 19:00
Zombi (George Romero, 1978).
Sex and Drugs and Rock and Roll and Science Fiction
El auge económico de la posguerra en los EEUU y el Reino Unido de los años cincuenta y sesenta se dio durante la Guerra Fría y en pleno apogeo de la carrera armamentística: se construían las primeras autovías, se abrieron supermercados, se construyeron rascacielos y el uso de la televisión se extendió. En su libro La vida cotidiana en el mundo moderno (publicado en 1968) el sociólogo francés Henri Lefebvre definió la sociedad occidental de entonces como una “sociedad burocrática de consumo dirigido”. En este contexto, se produjo el auge de la contracultura, y autores como J.G. Ballard, John Brunner y Philip K. Dick, pertenecientes a la “nueva ola” de ciencia ficción, escribieron relatos surrealistas, satíricos y especulativos, que reflejaban las preocupaciones de una época en la que la gente temía perder su “individualidad” por efecto de la nueva cultura de consumo de masas. Lo importante en su ciencia ficción era experimentar con ideas, no alcanzar una supuesta “verosimilitud”. Sus obras formaban parte de la “cultura del libro de bolsillo”, y ellos formaban parten de aquellos paperback writers de los que cantaban los Beatles. Sus libros se vendían en los kioscos, estancos, supermercados y estaciones de tren y autobús, formaban parte de la Pulp Fiction de Tarantino. Hasta bien entrados los años setenta, pocas librerías que se preciaran como promotoras de la “cultura seria” vendían ciencia ficción.
50 años más tarde, parece que su obra contracultural ha sido asimilada por el inofensivo supermercado de cultura que habitamos. Por eso, me parece interesante intentar representar algo de ese viejo espíritu irreverente de la ciencia ficción, algo que ha quedado invisibilizado en la industria cinematográfica actual, donde las películas del género con sus inmensos presupuestos ya no son más que ejercicios de evasión y diversión futuristas al estilo de Star Wars, Avatar, Minority Report o Dune.
Bob Curwen. Traductor. Licenciado en Bellas Artes por la University College de Londres. Ávido lector de ciencia ficción y ficción de terror desde siempre.