Desde una «Universidad sin condición»: escritura diferida y saberes menores. Aurora Fernández Polanco

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En esta época de capitalismo académico, seguimos todavía acostados en sofás que, como señaló hace cuatro décadas Michel Foucault, producen ganancias: el de la alcoba matrimonial, el del psicoanálisis y el de nuestra universidad victoriana. Propongo repensar algunos aspectos de esta última, centrándonos en las humanidades, ese vasto campo donde se ha ubicado el arte en el reparto curricular, especialmente en lo que atañe a los asuntos de la investigación.

Siguiendo los consejos de Jacques Derrida, para una Universidad sin condición, las humanidades deben deconstruir sus conceptos. Comenzaremos por la interioridad, el modelo “contemplativo” como acceso individual a un saber ligado a la reflexión y el estudio en solitario, hasta el ensimismamiento que hemos aprendido de las figuras ejemplares de la modernidad, desde la cabaña de Heidegger a la habitación propia de Virginia Woolf. Un modelo basado, por otra parte, en actos constatativos, “depósito del saber”, claves todos ellos para unas humanidades “científicas” que confrontaremos con otros más dialógicos, conectivos.

Seguiremos con la propia escritura. El AHRC [Arts and Humanities Research Council] prefiere practice-led research (investigación guiada por la práctica), un término que, en contraposición a practice-based research (investigación basada en la práctica), refleja la necesidad de que la practica vaya acompañada de “una documentación del proceso de investigación, así como de un análisis textual o explicación que apoye su posición y demuestre su reflexión crítica” (“some form of documentation of the research process, as well as some form of textual analysis or explanation to support its position and to demonstrate critical reflection”).

Ya Roland Barthes aconsejaba en 1972 a los jóvenes investigadores que insertaran el trabajo de investigación en el deseo; es decir, que arrojaran el tema a la escritura, no para “expresarlo”, sino para dispersarlo y desbordar así el discurso de la investigación. En este sentido, ¿se podría hablar, parodiando la condición posmedia, de una condición postextual donde la escritura ensayística encarnara y descentrara, desplazara (Derrida) el tradicional “negro sobre blanco” como único “depósito del pensamiento crítico” de manera que se pueda pensar de otra manera el espacio escritural de las practicas involucradas en la investigación artística?

Podríamos (deberíamos) ampliar el concepto de escritura, pasar de la obra al texto, de éste al dispositivo construido por un entramado complejo (y por definir) de signos que generen significado. Es la forma de escapar de la tradicional dicotomía moderna entre la teoría y la práctica, y de pensar una nueva topología donde la escritura se desplace en aras de distintas modalidades de articulación de la investigación. Atravesar el campus en esa nueva topología de las humanidades supone seguir una serie de líneas que enlacen los “enunciados parciales”, los saberes menores, los situados, los “informes” con una escritura material que pueda intervenir en las economías globales de los signos que manejamos.

Aurora Fernández Polanco es catedrática en el departamento de Teoría e Historia del arte contemporáneo de la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado sobre los cambios perceptivos en la apreciación del arte actual y los problemas que repiensan las narrativas a través de un pensamiento mediante las imágenes en libros, artículos, conferencias y la organización de cursos y seminarios. Entre sus publicaciones más recientes, se cuentan: “Voir Basilio Martin Patino avec Georges Didi-Huberman”, en T. Davila et P. Sauvanet (Eds.) Devant les images. Penser l’art et l’histoire avec Georges Didi-Huberman, París, Les presses du réel, 2011; “Mnemosyne versus Clio: la Historia desde el Arte”, en Espacio, tiempo y forma, UNED, Madrid, 2012; “Ver a distancia”, en Lecturas para un espectador inquieto (Ed. Yayo Aznar y Pablo Martínez, Madrid, CA2M, 2012; “Mnémosyne à l’époque de la digitalisation globale (Tavola des chocs modernes)”, en Images Re-vues, 2013. Entre otras exposiciones, ha comisariado Image(s), mon amour. Rabih Mroué, CA2M, Móstoles, 2013. Es editora de la revista Re-visiones. http://re-visiones.imaginarrar.net/